En las aulas de 2 a 3 años, el niño conquista su autonomía y adquiere su identidad. Además de estas metas, desarrolla su capacidad de juego simbólico, haciéndose más elaborado y más real con detalles de la vida cotidiana, y perfecciona su lenguaje.
Es por ello, que los rincones serán espacios en las aulas de 2 a 3 años, para pensar, para jugar, para desarrollar habilidades, satisfacer deseos, establecer contactos sociales, comprender el medio, conseguir retos, adquirir conocimientos, desarrollar la creatividad, aceptar pequeñas normas, para superarse a sí mismo y, en definitiva, para que el niño vaya poco a poco conociéndose en sus diferentes facetas.
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